LOS BUNKERS - LA VELOCIDAD DE LA LUZ

$28.000

Sello: Punto Musical, Héctor Santos – 7800001012421, Ocesa Seitrack – 7800001012421
Formato: Vinilo, LP, reedición, VINILO ROJO
País: CHILE
Edición: 2023
Género: Rock
Estilo: Indie rock, indie pop
ESTADO DEL PRODUCTO
DISCO NUEVO Y SELLADO

Estado: NUEVO
Detalles:
Sello: Punto Musical, Héctor Santos – 7800001012421, Ocesa Seitrack – 7800001012421
Formato: Vinilo, LP, reedición, VINILO ROJO
País: CHILE
Edición: 2023
Género: Rock
Estilo: Indie rock, indie pop
ESTADO DEL PRODUCTO
DISCO NUEVO Y SELLADO

TRACKLIST

A1

 

DESPERDICIAME

6:53

A2

 

BAILANDO SOLO

4:27

A3

 

SUR

3:24

A4

 

SI ESTÁS PENSANDO MAL DE MÍ

4:26

A5

 

NO!

3:03

B1

 

EL DÍA EN QUE DEJASTE DE FINGIR

3:44

B2

 

LA MALDICIÓN DE MI PAÍS

3:03

B3

 

DICEN

2:31

B4

 

SÁBADO

3:38

B5

 

LA ESTACIÓN FINAL

4:47

B6

 

LA VELOCIDAD DE LA LUZ

3:53

La Velocidad De La Luz aparece en un momento clave para los penquistas, porque vienen de lanzar en 2010 el Música Libre, el disco tributo a Silvio Rodríguez que los trajo a Colombia este año para el Festival Centro por segunda vez en su historia. Ya se habían presentado en Rock Al Parque en 2007, durante la gira en la cual presentaban su Vida De Perros, pero solo consiguieron la notoriedad que se merecían en Colombia precisamente por el disco homenaje al cantautor cubano.

El punto de conexión entre el Música Libre y La Velocidad De La Luz es sin duda Emmanuel "Meme" Del Real. El guitarrista de Café Tacuba puso su sello en ambas producciones (incluso toco el Rhodes en "Bailando solo") y les permitió a los chilenos explorar posibilidades que van un poco más allá del estilo de sus primeros trabajos. Porque paralelamente al hecho de que contribuye positivamente a su intención de profundizar sus influencias latinas y anglosajonas, hace que el teclado tenga un protagonismo mucho mayor que en sus producciones anteriores.

Y eso se aprecia desde el inicio en "Desperdíciame", arranque con sabor al U2 más ochentero, el de los himnos más poderosos. Melancolía por todas partes, líneas de bajo sencillas pero precisas, sencillez en el teclado, y un punteo de guitarra mágico donde estaría el solo. Es el grito lastimero de los que no quieren seguir siendo sometidos por la injusticia. Es un preámbulo preciso para el sencillo bandera de esta nueva producción, y el que nos muestra el lavado de cara al que se sometieron con su séptimo trabajo de estudio.
Con "Bailando solo" ocurre una cuestión: es difícil encontrar un parámetro para definir o formar un top de las mejores letras de Los Bunkers, pero en esta dan un indicativo bastante interesante. Letra digna de New Order, parentesco musical con "AKA What A Life" de Noel Gallagher (sin caer en la trampa de plagiarlo), un clímax magistral y una demostración perfecta de que los chilenos son siempre mucho más de lo que uno cree.
El disco prosigue con "Sur", tema 100% bunker que se constituye como uno de tantos homenajes al sur de Chile, territorio al que tantos y tantos artistas de ese país terminan rindiéndose ante su encanto. El manejo de guitarras lo hace sentir como un tema hecho para escuchar en la carretera, las voces geniales como siempre, mientras que el fondo de los teclados hace que no pierda la consistencia propia del disco alrededor de dicho instrumento.
Llega el turno de "Si estás pensando mal de mi". Desde que la escuché por primera vez concluí que era con distancia la mejor de esta producción. Es una joya pop en toda la regla, poderosa en cada punto, bordada con una calidad de lado a lado impresionante, una letra con la marca de Los Bunkers en todo momento, y sobre todo unos teclados que le confieren esa magia propia de los clásicos que no faltaran en sus próximos conciertos.
"No!" fue la que al principio me dio más incomodidad por su parecido con los Babasonicos post Jessico. Luego le encontré más parecido con Los Prisioneros de "Estrechez de corazón" y ahí fue donde noté donde estaba su verdadera fortaleza. Y que no engañe la melodía por momentos tan frívola: es un grito de rebeldía juvenil bien asertivo. Le sigue "El día en que dejaste de fingir" al mejor estilo de "Nada nuevo bajo el sol". En esta ocasión enmascara la verdad incómoda de la letra en un numero melódico que sencillamente no tiene falla.
"La maldición de mi país" al igual que "Desperdiciame", es un himno a la no resignación. La diferencia tal vez está en que son el piano y las guitarras las que conforman la atmósfera tan temperamental de la canción en vez de los teclados. Llega el turno de "Dicen", uno de los dos temas que canta Francisco Duran, que en este caso se pone en modo bolero, mostrando en parte las lecciones que les deja el Música Libre.
"Sábado" es la de pulso más rocanrollero en todo el disco. Las guitarras de los Duran y la combinación bajo-batería ponen una demostración de sencillez explosiva en nuestros oídos. "La estación final" anuncia que ya nos quedan pocas canciones, con un tono más desesperado en la voz de Álvaro Lopez que aporta dramatismo a una letra de por si bastante melancólica. Los teclados asumen de nuevo el protagonismo y dejan abierto el camino para el final con "La velocidad de la luz", que le da nombre al disco. Tiene reminiscencias del Fuerza Natural de Gustavo Cerati, aunque en realidad es un numero acústico típico de los penquistas. Letra bellísima y unas guitarras alegres, descomplicadas, que te hacen sentir capaz de todo. Creo que, si de romanticismo se trata, la sacaron del estadio con ese cierre.
Los mejores referentes posibles para entender de donde surge La Velocidad De La Luz son el Jessico de Babasonicos y sobre todo, el Corazones de Los Prisioneros. De hecho, hay una cadena curiosa tomando en cuenta que Gustavo Santaolalla produjo el disco del trío chileno y luego los de Café Tacuba. Eso explicaría el cambio de estilo al que los sometió Meme en esta ocasión, que no se había hecho tan patente en el Música Libre. Evidentemente los teclados y los ritmos más pegadizos marcan la pauta, pero seguramente el más distraído pensaría que esto es culpa de México y las exigencias del mercado. La cosa es que Los Bunkers siempre han tenido esta faceta, solo que es hasta ahora cuando se sienten más cómodos con ella.
Pero por encima de todo, La Velocidad De La Luz es una contravía en cierta forma, curiosa. Mientras la onda folk anda pululando en muchas propuestas, los penquistas deciden irse por el lado de los sintetizadores cuando paradójicamente en sus inicios la onda electro motivada principalmente por Gustavo Cerati y Babasonicos (en el caso de Latinoamérica) era la que mandaba la parada. Por supuesto hay canciones acústicas en su interior, pero eso no implica que sean el común denominador. Es un disco más bien ecléctico.
En síntesis, uno sabe que Los Bunkers son buenos, pero todavía no hay techo que indique hasta donde pueden llegar. Con cada disco parece que derribaran la lógica que imponen en el anterior. Es el logro que consiguen una vez más con La Velocidad De La Luz: amplían el espectro de lo que pueden y no pueden hacer con su sonido.
Me decidiré a recomendar "Sur". No cabe duda de que es una de las mejores creaciones de la banda de Concepción, y una demostración de que, a pesar de estar radicados en México, todavía no se olvidan de Chile.
Extraído de https://thismusicfordummies.blogspot.com/2013/07/resena-los-bunkers-la-velocidad-de-la.html