PINK FLOYD - THE PIPER AT THE GATES OF DAWN

$28.000

Sello: Pink Floyd Records – PFRLP1, Columbia – 88875184181
Formato: Vinilo, LP, reedición, remasterizado
País: USA
Edición: 2018
Género: Rock
Estilo: Sicodelia
ESTADO DEL PRODUCTO
DISCO NUEVO Y SELLADO

Estado: NUEVO
Detalles:
Sello: Pink Floyd Records – PFRLP1, Columbia – 88875184181
Formato: Vinilo, LP, reedición, remasterizado
País: USA
Edición: 2018
Género: Rock
Estilo: Sicodelia
ESTADO DEL PRODUCTO
DISCO NUEVO Y SELLADO

TRACKLIST

A1

 

ASTRONOMY DOMINÉ

4:11

A2

 

LUCIFER SAM

3:07

A3

 

MATILDA MOTHER

3:08

A4

 

FLAMING

2:46

A5

 

POW R. TOC H.

4:26

A6

 

TAKE UP THY STETHOSCOPE AND WALK

3:06

B1

 

INTERSTELLAR OVERDRIVE

9:41

B2

 

THE GNOME

2:14

B3

 

CHAPTER 24

3:42

B4

 

THE SCARECROW

2:11

B5

 

BIKE

3:22

En 1967, después de varias sesiones instrumentales y presentaciones en vivo, Pink Floyd decidió elaborar su primer álbum, "The Piper at the Gates of Dawn", que fue lanzado en agosto de 1967. Es uno de los discos más influyentes en la historia. Su avanzado sonido, experimentación y combinación de distintos géneros como rock, pop y folk ha inspirado a distintos artistas como David Bowie, Gong, Phish, entre otros.
El título fue extraído de la novela El viento en los sauces, de Kenneth Grahame.
Este primer larga duración, cuya portada lo dice todo, no se puede entender sin la personalidad compleja de Syd Barret, su indiscutible líder y auténtico inductor de una obra que es más psicodélica y espacial que progresiva. Un compositor que abusó del ácido y acabó en 1968 fuera de la banda dejando uno de los mejores discos de debut de toda la historia de la música popular.
En ocasiones, es fácil conjugar las palabras "loco" y "genio". El caso de Syd Barrett, en paz descanse, el que un ser capaz de cargarse a la espalda la paternidad de crear un género como la psicodelia inglesa acabe plantando champiñones en una casucha de Cambridge, es uno de los mejores ejemplos.
Saludado por toda generación posterior como pope y gran luz y guía, Barrett solo tuvo mecha mental para este disco con Pink Floyd, grabando luego dos delirios en solitario en el que su locura ya era tan patente como su genialidad.

Bien es cierto que Pink Floyd sobrevivió a Barrett, pero no fue lo mismo. La mente inundada por LSD del fundador del grupo, al que le puso el nombre de dos músicos de jazz y blues, plasmó en este disco un universo mental quebrado, mitad pesadilla delirante y mitad cuento infantil, que emociona y aterra por partes iguales.

Nos encontramos ante un disco de pura psicodelia inglesa, con líneas pop deformadas por teclados imposibles distorsionados, aullidos, envolventes trabajos de guitarra, incisivas líneas de bajo, atmosféricos y etéreos teclados, hipnóticos e insólitos efectos de estudio y textos de escenarios estelares, oníricos, infantiles, ácidos, pasajes ambientales, efectos de saturación... todo un arsenal de recursos eléctricos.

La exploración sónica del disco es absoluta: cuenta con cambios de métrica (pasando del regular 4/4 a métricas como 11/8. También podemos encontrar progresiones de acordes inusuales (Astronomy Domine) y escalas poco comunes en la música popular Matilda Mother. Y un par de improvisaciones Interstellar Overdrive y Pow R. Toc H.

Pese al protagonismo y carisma de Syd, el grupo está muy presente en el trabajo e incluso contribuye en la composición de dos de los temas más representativos del disco, siendo otro de ellos para un jovenzuelo Roger Waters.

Desde los primeros compases, con una guitarra pulsando en morse el apabullante inicio de "Astronomy Domine", el disco abre un abanico de sensaciones al oyente. Uno se sumerge en "Astronomy Domine" y parece que hemos pasado a otra dimensión.

Nada es lo que parece: esos coros, esas voces pasadas por filtros, ese aparataje electrónico, ese riff de guitarra espacial, en fin, un derroche. Desde las primeras canciones de cuna hasta los primeros devaneos instrumentales de "Pow R. Toc H.", llegando al clímax de la soberbia y desquiciante "Interstellar Overdrive" para caer de nuevo hacia la tranquilidad y extraño optimismo de las fábulas de campiña inglesa y abrazar la cierta locura de "Bike" y su escalofriante final.

El nombre original era «Astronomy Domine (An Astral Chant)-Señor de los astros (un canto astral)-, donde domine es señor en latín. Al principio de la canción se puede oír la voz del entonces mánager Peter Jenner, mencionando los nombres de algunas estrellas a través de un megáfono, dando la sensación de ser sonidos provenientes del espacio exterior con la voz de Jenner como la de un astronauta. En los siguientes segundos se puede escuchar un constante sonido parpadeante proseguido por la distintiva batería de Nick Mason y la siniestra tonada en la guitarra Fender Esquire de Barrett, poco tiempo después Richard Wright aparece con su órgano Farfisa continuando con la atmósfera espacial. A continuación, comienza la parte vocal a cargo de Barrett y Wright, básicamente ambientada en un tono con referencia al espacio exterior y el cosmos para continuar el ciclo.

"Lucifer Sam” empieza como si fuera un instrumental de película de detectives. La canción se construye alrededor de un riff descendente, con el instrumento dominante siendo la guitarra eléctrica, tocada por Syd Barrett, alimentada a través de una máquina de eco, dando como resultado un sonido "siniestro" estilo Duane Eddy. Esto es aumentado por efectos cada vez más agitados del órgano y de la percusión.

Aunque frecuentemente la letra define a Lucifer Sam como un gato, surgió la especulación de que la canción se trataba de un argot para referirse a un hombre, real o imaginario, que tenía algún tipo de relación con la entonces novia de Barrett, Jenny Spires, (mencionada como "Jennifer Gentle"). Pero en realidad, Sam era simplemente el gato siamés de Barrett, y de hecho, el primer nombre de la canción era "Percy the Rat Catcher".

Después, "Mathilda Mother". La canción comienza con un interludio inusual o una alianza entre el órgano y el bajo al principio, y esa voz misteriosa que pone el teclista Richard Wright, mientras que Barrett entra después con un estribillo similar, pero con otra letra.

La guitarra usa raros acordes, y lo más inusualmente posible para la música occidental. Rick Wright provee de un solo del órgano en la escala dominante de Fa. La canción termina con armonías vocales mudas de Rick Wright y de Syd Barrett.

"Flaming" se nos aparece con ruidos extraños y un tono folkie que envuelve un corte extraño replete de percusiones hippies, antesala de lo que nos encontraríamos en los discos en solitario de Syd Barrett. La canción, se ambienta básicamente en un escenario infantil entre dos amigos, "Holgazaneando en la neblina de rocío". 

Comenzaba a subir el tono alucinado, algo que en "Pow R. Toc H." resulta evidente. Menuda ida de olla de Syd Barrett, que une sonidos selváticos y un piano puramente de jazz, que dan paso a ruido estridente a base de guitarras y órgano. Seguro que en Abbey Road se lo pasaron de miedo grabándolo y quizás compartieron psicotrópicos con The Beatles, inquilinos también del estudio.

Adicional a los efectos vocales, el piano es el instrumento dominante en esta pieza.

"Toc H." era el código para los soldados del ejército sobre "TH", representando la casa Talbot, donde los oficiales y los hombres enlistados eran "iguales". Después se convirtió en una organización cristiana interdenominal sirviendo a la comunidad.

Roger Waters aporta un único tema al álbum, "Take Thy Sthetoscope and Walk", en la onda del resto, con unos teclados muy salvajes y unas guitarras marca de la casa, frenético por parte de Syd Barrett y partes maniacas de teclado por Richard Wright. Se ha sugerido que una parte de la batería de la canción estaba destinado a emular un latido de corazón, tal vez de ésta se retomó la idea para el intro del que sería después The Dark Side of the Moon. El título de la canción es una referencia al Evangelio de San Juan 5:8, que en inglés se lee - "Jesus saith unto him, Rise, take up thy bed, and walk." Sus morbosas letras son nada parecido al resto del álbum, el cual fue escrito por Barrett, pero es característico del trabajo de Waters; el motivo clínico volvería a presentarse en composiciones como "Free four" y "Comfortably Numb". Similarmente, en "Sheep", se encuentran más referencias bíblicas adaptadas por Waters para encajar en la canción.

En lo que es una coincidencia, la canción es análoga en el título de la canción Amused to Death de Waters, empezando con la frase "Doctor, Doctor."

Lo mejor llega después, con "Interstellar Overdrive", una pieza instrumental de diez minutos que para muchos es la pieza clave del rock psicodélico y espacial de los primeros Pink Floyd. 

Una versión anterior, y más larga puede ser apreciada en el soundtrack del filme Tonite Let's All Make Love in London, el cual fue lanzado en el mismo año. Otras versiones de la canción aparecen en varias grabaciones no-oficiales.

Junto con la ligeramente anterior canción de Paul Butterfield "East-West", "Interstellar Overdrive" fue una de las primeras improvisaciones psicodélicas en ser grabadas por alguna banda de rock. Fue vista como la primera intención de Pink Floyd de entrar en el space rock (junto con "Astronomy Domine"), aunque los miembros de la banda desacreditaron este término. A pesar de la encapsulación de su repertorio en los conciertos bajo el liderazgo del guitarrista y compositor Syd Barrett, la estructura larga e improvisada de esta pieza no es particularmente representativa de aquella que fue la versión de estudio. Como menciona el baterista Nick Mason en su libro Inside Out: A Personal History of Pink Floyd, las versiones en vivo incluían varias secciones que no aparecían en el álbum, y durarían a veces más de 20 minutos. Durante los días en que la banda tocaba en clubes underground como el UFO Club ("Underground Freak Out"), la canción usualmente abría el espectáculo. Ocupaba también otras posiciones, incluyendo la repetición, pero fue retirada del conjunto de canciones de la banda en 1970.

El inicio de la pieza es un riff distorsionado y descendente, tocado en unísono por la banda. Este riff eventualmente se convierte en improvisación, incluyendo improvisaciones modales, percusivas florituras en el órgano Farfisa, y tranquilos intervalos. La canción gradualmente va perdiendo su estructura hacia un tempo libre, únicamente acompañado por extraños ruidos de guitarra. Eventualmente, sin embargo, la banda retoma el riff principal, que es repetido con un tempo decreciente y de más deliberada intensidad. El novedoso uso del estéreo (en la segunda versión del álbum, siendo la original monofónica) hace que el sonido oscile entre los parlantes hacia la conclusión de la composición.

El riff se originó cuando el entonces mánager de Pink Floyd Peter Jenner estaba tratando de tararear una canción de la que no podía recordar el nombre (comúnmente identificado como la versión de Love de "My Little Red Book"). Barrett acompañó a Jenner en su tarareo con su guitarra y lo utilizó como la base para la melodía principal de Interstellar Overdrive. Roger Waters alguna vez le mencionó a Barrett que el riff de la canción le recordaba a la melodía de Steptoe and Son.

"The Scarecrow". La canción contiene temas existencialistas, debido a que Syd Barrett compara su propia existencia con la de un espantapájaros, quien, mientras es "más triste", también está "resignado a su destino". La temática se convertiría en el pilar principal de las letras de la banda.

Un filme promocional para la canción, filmado a principios de julio de 1967, muestra a la banda en campo abierto con un espantapájaros, generalmente perdiendo el tiempo. Muestra a Roger Waters cayendo como si estuviera cansado, y Nick Mason cambiando su sombrero con el del espantapájaros. Parte de este filme fue mostrado en la gira de The Dark Side of the Moon de Roger Waters. 

"The Gnome" parece un cuento para niños. Suena muy Beatle, pero lleva un órgano que la hace especialísima. La canción narra el cuento de un gnomo llamado Grimble Gromble.

"Chapter 24" es la antítesis de ésta, una triste pieza con un aroma de pop de cámara. Fue escrita por Syd Barrett y su letra se inspira en el capítulo 24 del oráculo chino I Ching (El libro de los cambios).

No se sabe qué traducción usó Barrett. Parte de la letra encaja con la traducción de Wilhelm y Baynes de 1950, y parte con la traducción de Legge de 1899. El capítulo 24 explica el significado del hexagrama Fû ("regreso").

"Bike". En la canción, el tema lírico de Syd Barrett es mostrarle a una chica su bicicleta (que tomó prestada), una capa, un ratón sin hogar al que nombra "Gerald", y un clan de hombres de jengibre - porque ella "encaja en su mundo". Hacia el final de la canción, le ofrece ir a un "cuarto de melodías musicales". El verso final es seguido por una sección instrumental que puede ser referida como una pieza de música concreta: una combinación de osciladores, relojes, gongs, campanas, un violín, y otros sonidos editados con técnicas de grabación; es aparentemente el "otro cuarto", siguiendo la temática de la canción. El fin de la canción se desvanece con un sonido similar al de una risa maniaca con sonidos de pato. La canción fue escrita para la entonces-novia de Barrett, Jenny Spires. Ella también es mencionada en la canción "Lucifer Sam", que también está en The Piper at the Gates of Dawn.

Pese al aparente caos, no deja de estar todo medido en este disco. El grupo, grabando en Abbey Road, suena perfecto y el trabajo instrumental parece simple, pero es descomunal. Cada sonido, solo y golpe de batería ocupa su lugar inamovible e imprescindible dentro de la red lisérgica que teje cada canción, y el grupo se revela como técnicamente sobresaliente. Todas las canciones transmiten de forma fría una serie de estados de ánimo que pueden afectar fácilmente al que escucha el disco.

Las letras de Barrett, infantiles y cósmicas, vomitadas por el uso creativo de alucinógenos, acentúan aún más si cabe el matiz dual del disco, esa mezcla entre oscura pesadilla e inocencia sólo rota, más bien destrozada, por el ya mencionado viaje astral de "Interstellar Overdrive", un instrumental de guitarras delirantes que rebusca en los pozos más ocultos del universo mental de Pink Floyd.

Un disco, sencillamente, imprescindible. Una obra considerada primera en su género y que resume como ninguna otra cosa una época de la historia de la música en la que el flower power empezaba a agonizar lentamente para dar paso a sus propias pesadillas, además de ser el primer largo de una banda que marcaría una estela profunda en la evolución del rock moderno y el pasaporte a la locura de uno de esos genios del que todo el mundo recuerda su obra sin recordarle a él.

En la actualidad está considerado como ejemplo por antonomasia de la música psicodélica británica, aunque fue inicialmente recibido con críticas frías, pero al paso del tiempo se ha ganado un lugar en el olimpo de la música.

George Starostin afirmó que este álbum es "La Biblia Astral de la Psicodelia. Muy jodido, muy prendido. Escuchalo bajo tu propio riesgo". En NME, sobre la versión de 40 años de aniversario, escribieron que "[...] Incluye dos singles de Barrett, censurados, no incluidos en el álbum original: "Arnold Layne" y "See Emily Play", que son tan buenas como cualquier cosa que los Beatles hayan grabado, mientras ... Layne causó furor cuando fue censurada de la radio, ya que sus letras hablaban de un travesti que robaba ropa de lavanderías."

Sobre esto, Pitchfork comentó que "Mientras The Beatles ejercían control absoluto en las herramientas del estudio, Pink Floyd usaba el estudio para perder el control". Los mismos también dijeron "Mientras la mayoría de los discos del Verano del Amor eran positivos y unían, Piper era fracturado y terrorífico". El sitio le otorgó un 9.4 de 10.

Las pistas del disco, predominantemente escritas por Barrett, muestran letras poéticas y una ecléctica mezcla de música, desde la vanguardista "Interstellar Overdrive" hasta "The Scarecrow" (inspirada en la música folclórica de The Fens, una región rural al norte de Cambridge de donde son originarios Barrett, Gilmour y Waters). Las letras son totalmente surrealistas y a menudo folclóricas, como "The Gnome".

La música reflejaba la mejor tecnología electrónica de la época, destacando el uso del paneo estéreo, la edición de cinta, los efectos de eco de cinta y el uso de teclados electrónicos, en particular el órgano Farfisa tocado por Wright.

El disco fue un éxito en el Reino Unido, donde llegó al puesto número 6, pero no le fue tan bien en los EE. UU., en cuyas listas solo alcanzó la 131.ª posición, aunque después sería relanzado en el periodo de éxito comercial del grupo, en la década de los 70. Durante este periodo, la banda emprendió una gira con Jimi Hendrix, lo que ayudó a incrementar su popularidad.

El álbum fue grabado los días, 16 de marzo, 15 de abril, y en el período del 4 de mayo al 16 de julio de 1967 en los Estudios Abbey Road, con una duración total de 41:56. Fue producido por Norman Smith. Peter Bown fue el ingeniero de sonido. El LP en versión monoaural fue editado el 5 de agosto de 1967, y un mes después fue editada en versión estereofónica.

Extraído de http://pinkfloydhistoriacompleta.blogspot.com/2014/08/the-piper-gates-of-dawn.html